Delmi Marcela Pinto López
¡Ay mundo falaz, quien pudiera
convertirte en un salón de baile! Hoy reunidos en familia como nos los
enseño papas, porque él decía “dejen de pelear como i…. ”
“Bueno es Dios, pero castiga”,
si fue bueno con nosotros porque nos dio por tantos años la dicha de tener a
nuestros padres 64 años de vida juntos, también nos dio tiempo de convivir en
el corredor de la casa rosa, horas determinadas 8 de la mañana y 1 de la tarde,
haciéndole rueda a papá sentado en su silla blanca y mamá en su silla de ruedas
“la carreta”, por eso debemos de darle “Gracias a Dios por su
benevolencia que habéis tenido para con nosotros”.
y como sabemos no todo es
alegría, porque “La vida es como la luna, trae creciente y trae menguante.
Lo demás es cosa de la fortuna” nos dio dos golpes: el primero el 17 de octubre del 2021 y el
segundo el 15 de marzo del 2022, dos pérdidas tan seguidas que tuvimos en menos
de un año, que nos partió el corazón y nos llevó a cambiar nuestra vida.
Para mí y todos nosotros hoy es
una navidad triste pues es la primera navidad que tenemos la ausencia de
nuestras dos raíces, nuestros cimientos que nos daban fuerza, que nos
sostenían.
En la mañana que nos tomamos las
fotos, sentí un nudo en la garganta, derrame lágrimas que no había podido hacer
antes, tener todos la playera emblemática de nuestros padres, sentí que los
revivía. Al gritar “voy bolas” se me puso la piel chinita, creo que
nunca pensó papá que fuera a ser tan usual esa palabra en nuestro vocabulario.
Ver las frases en la playera que
mi padre solía decir que eran un tanto pícaras, nos sacaba una sonrisa siempre
o a veces hasta regaños recibía por decir “Camote sientas, “Voy
bolas… pa dentro!”, ”cucarachas meas”, “¡al hoyo … buscó!,” “Dora
la mamadora”.
Todas eran partes de la vida que
siempre nos daba una enseñanza, a todo le sacaba dichos y esos son ahora partes
de nuestro acervo familiar que nos mantendrán unidos de por vida.
Cómo olvidar cuando se enojaba
porque “Las mandamás de los Robles” les decían que hacer “Las que
mandan no suplican” y se daba la vuelta con sus brazos entrelazados atrás.
Se metía a la cocina para comer “¿Que pieza queres papi comer? “Una alegre,
jajaja” “risa por nada” arremataba, con “Aguacates company” todo
es más sabroso y si ese día hacía frío pedía “café en oro” para
calentarse con su “pan para ahora, hambre para mañana”.
Guillermo, Guillermooooo gritaba
mi madre cuando no lo veía, y es así como Guillermo se fue apagando poco a poco
porque ya no estaba su compañía, la que siempre la entendía, con la que
conversaba, sentía “Frío en el alma desde que tú te haz ido” porque “su
mamá”, “su abuelita” como le decía a mi madre, ya no estaba, ella
partió un domingo frente a sus ojos, sin que él pudiera hacer nada, ya no había
a quien le dijera “Vámonos chepita al tanque”, no hubo cura, ni “Salubridad te recoja”, mucho menos el
“doctor iku” o “la curandera” que lo salvara, su mal era del
alma.
Y así termina la historia en esta
vida de mis padres.
¡Ay males que se alivian!,
¿pero el mío cuándo? “Cuando muras compadrito” y así se fueron a la “casa
de los iguales”
“Que gusto tan particular”
padre de que te hayas ido a seguir a tu compañera de vida a tu amada Carmita a
cantarle “la prieta maldita”.
Tengamos confianza de que algún
día los volveremos a ver no seamos “Hombres de poca fe”, tengamos “paciencia
piojos que la noche es larga”, que el día menos pensado llegará.
Ahora lo que resta es
recordarlos, honrarlos y que permanezcamos unidos en las buenas y las malas
como nos lo enseñaron porque fueron nuestro ejemplo de vida.
¡Feliz navidad familia!
P.D. Este texto fueron las palabras de navidad del 24 de diciembre del 2022 en Puerto Arista, Chiapas, reunidos toda la familia Pinto López. Este discurso se construyó a través de todas las frases icónicas de mi padre Guillermo Pinto, que fueran las que dieran sentido al texto, recordando su memoria y su legado oral.
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