XVII
Encuentro Estatal de Cronistas e Invitados Especiales
Tuxtla
Gutiérrez, Chiapas 16 de noviembre de 2018
“La
tía Zenaidita”
Galardonada
con el Primer Lugar en la Crónica Juvenil
MESA II: Personajes de mi comunidad
Milthon Carlos García Pinto
La Trinitaria, Chiapas
16 años
Asesora: Mtra. Delmi Marcela Pinto López
Es común encontrar en los pueblos, personajes
importantes en la vida cotidiana de ellos, en esta ocasión hablaré acerca de la
señora María Zenaida Figueroa Guillén, conocida como “La Tía Zenaidita”,
familiar del ilustre escritor don Flavio Guillén quien fuera gobernador de
nuestro Estado en el periodo de
1912-1913.
Siempre llego a esa tienda a comprar, pero un
día decidí visitar a esa señora para conocer sobre su vida, es difícil
encontrarla disponible, es una persona muy ocupada porque va de compras a Comitán y además que se dedica a la elaboración
de dulces tradicionales que ella misma comercia en su negocio.
Ese día corrí con suerte, pues justo al
momento en que llegue, ella estaba abriendo la puerta de su tiendita.
Le pregunte que si podía platicar un rato con
ella, amablemente y con la sonrisa que
le caracteriza me contesto que sí.
Me invito a pasar.
Pasa hijo, siéntate quieres en la sala o en
la mesa del comedor
Por comodidad para poder escribir le dije que
en la mesa.
Le gusta mucho platicar, hablo de tantas
cosas, ella nació en La Trinitaria, es hija del matrimonio de don Agustín
Figueroa Tovar profesor de primaria y doña Zenaida Guillén Pulido comerciante,
de familia pudiente y reconocida de La Trinitaria. Tuvo cuatro hermanos, cuenta
que fue gemela pero su hermana murió a los tres años de haber nacido.
Me relató sobre sus tatarabuelos, abuelos y
padres, quienes fueron, que le enseñaron a dedicarse al comercio, para mi
sorpresa me saco fotos antiguas para que yo los conociera, y haciendo una breve
remembranza salí siendo familia de ella por parte de mi abuelo materno.
¿Por qué es relevante hablar de este
personaje? Hay varias cosas que me llamaron la atención, una de ellas que vive
en la casa donde nació don Flavio Guillén, Pero ¿por qué vive ahí? Es una casa que
heredaron sus padres, ahí ha permanecido.
Actualmente esta casa es una tiendita llamada
“La puerta del sol”
¿Y por qué le puso así?
Ah, porque es aquí donde el sol está en su
máximo esplendor al atardecer.
¿Qué tiene de peculiar esa tienda? Me di
cuenta que hay artículos inimaginables, que quizás hoy en día ya no tienen uso
frecuente, y que son elaborados con materiales propios de la región como la
palma (el petate, escoba, canastas, sombreros, cigarreras (carteras), escobas
pequeñas para limpiar), así como canicas, baleros de colores, trompos de madera,
prensas. También no pueden faltar en esa tienda las resorteras, mecapal y
velitas artesanales de muchos tamaños y colores.
Estos artículos que vi en el mostrador y en
los estantes hacen ver una tienda que traslada a épocas de antaño, en donde el
uso de ellas era básico y que con el pasar de los años se han hecho a un lado.
Entre otras cosas admirables, que me contó
fue que en 1970 su padre compró un carro “una vagoneta gris”, por la necesidad
de trasladar su mercancía de Comitán a La Trinitaria, ella tuvo que manejar
siendo la primer mujer de La Trinitaria que condujo un coche.
Las anécdotas narran que una vez, cuando
viajaba de La Trinitaria a Comitán sufrió un accidente de tránsito, y su padre en lugar de ver a ellos o al carro
si no les había sucedido algo en el percance, dijo: “Zenaida, revisa si la
mercancía no le pasó nada” jajajaja. Durante 30 años manejo, hasta que se casó,
ya su esposo lo hacía.
También me platico, que ellos tuvieron la
primera televisión en el pueblo, su padre la compro cuando hizo un viaje a la
ciudad de México.
En la tienda se venden además dulces típicos
realizados por ella como son: africanos, caramelos, nuégados, cacahuates garapiñados, alfeñiques, quebramuela, trompadas. Este oficio fue heredado de
generación en generación comenzando por su bisabuela quien trajo esos dulces
desde Coita y así se continuo con la receta de la elaboración de los dulces con
su abuela, y su madre. Ella narra que lo aprendió viendo como se hacía, y
también practicando porque ayudaba hacer los oficios que se necesitaba. Al
fallecer su madre ella se hace cargo del negocio desde hace 40 años para
comercializarlos y para seguir con la tradición familiar.
También recuerda que la hechura del petate lo
vio en su casa, ya que su mamá contrataba dos tejedoras para hacer un petate
diario, estas señoras trabajaban para ella, todo el día, entregaban un petate
que tenían como meta terminarlo a las 5 de la tarde, en ese entonces tenía un
costo de $5.00.
Algo curioso que me contó fue sobre las medidas
que se usaban antes. Yo no entendía muy bien que era eso, me explico.
Mira hijo:
·
Una gruesa son 12
docenas
·
5 mazorcas es una
mano
·
En una red hay 100
mazorcas, 20 manos
·
1cuartilla son 4
kilos ó 5 litros
·
1 almud son 12 kilos
ó 3 cuartillas
·
1 Arroba corresponde
a 24 kilos
·
1 zonte son 400
mazorcas
·
1 Quintal son 45
kilos
Utilizaban para pesar maíz y frijol la romana,
que consistía en una barra de fierro con
un gancho para sostener el producto graduada con diferentes medidas.
Que interesante lo que me dices, pues ahora
no usamos esas medidas, pero valen la pena saber cómo antes hacían
transacciones comerciales.
Con la charla que tuve con tía Zenaidita,
aprendí que en pleno siglo XXI continúan vendiéndose y elaborando productos que
en la ciudad poco se conocen, lo cual nos indica que aunque la tecnología
avance siempre existirán productos que nunca perderán su utilidad y su valor
tradicional.
Concluyo tía Zenaidita: “Que no todo lo viejo
es malo, ni todo lo nuevo es bueno”.
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