XVIII Encuentro Estatal
de Cronistas
“EL CERRO SAGRADO DE TZALTZALWUITZ ”
Mesa b: Patrimonio
Cultural en mi comunidad
Categoría Juvenil
galardonado con el segundo lugar
Nombre: Ángel de Jesús Sántiz Pérez
Escuela: Escuela Secundaria Técnica #44
Edad:
14 años
Asesora: Mtra. Delmi Marcela Pinto López
01
de Marzo de 2019.
Todo aconteció hace ya
algunos años para hacer exactos en el año 2014, cuando nos invitaron a que acompañáramos
a un ritual según nuestras costumbres o fe, a una velada de flores de una
persona, él tiene un don muy hermoso le llamemos “médico tradicional”, en esa
ocasión entre los rezos y platicas la gente no siente como pasa la noche con
algo de frio, algunos tomando café otros
conversando del quehacer cotidiano y la vida de antes.
Me quedé dormido, desperté
en la madrugada, me sentí, fue ahí donde observe que algunas personas cabecean,
otros fuman un cigarro y otros ingieren mistela para aguantar el desvelo, me
acerque entre ellos, alguien dijo: ¡ya estás listo Angelito! para ir a dejar
las ofrendas en los puntos más tradicionales de nuestro pueblo, sonreí y aun
medio adormitado dije ¡si estoy listo!
Ya estaba aclarando, las
señoras en la cocina preparando café y pan para dar a las personas que
acompañaron durante la velada, otras señoras hacen el desayuno donde se lleva
lonche, los hombres se reúnen para recibir las indicaciones del “tata” y a
distribuirse quienes van a ir a los 4 puntos a dejar las ofrendas, en ese
momento dije que yo también voy a ir, algunos me voltearon a ver y no falto
alguien que diga: “estas muy pequeño no
vas aguantar el camino pero si también van señoras a repartir en los puntos,
por qué yo no” (esto va depender de lo que ordene, mande o diga el tata).
Formaron grupos: el primer
grupo se va al punto de “Bash”, el segundo se va al cerro de “Tzaltzalwuitz”, el siguiente al
“Calvario” y por último a “Patate”, desde luego todo ilusionado dije: “yo
quiero ir en el cerro de salsahuit”, hubo alguien que se sonrió por mi mala
pronunciación,
Si logré llegar, caminamos
mucho, es una experiencia única, desde entonces cuando tengo la oportunidad de
ir a ese lugar, voy, no sé qué tenga o sea pero me gusta ir a ese punto.
Por lo que hace algunos días
tuve la fortuna de platicar con el Señor Rosalío Pérez, mejor conocido como don
“Chalio” de 86 años de edad, originario
del Barrio de Los Ocotes, de oficio agricultor, es uno de los pocos ancianos que
quedan y que conocen muy bien los puntos del pueblo, las historias, él se
encargaba de buscar y preparar los palitos para hacer los ramilletes que se
utilizan en la romería de San Mateo y de ir a dejar las ofrendas en los puntos
del pueblo, por lo que tuvimos una larga conversación acerca del recorrido.
Nos sentamos en el corredor
de la casa, un lunes por la mañana. Don Chalio respira profundo, con la mirada
distante, recordando de esas veredas, mira Angelito: “el primer punto está al oriente es el cerro de “Bash” donde sale el
sol; el segundo es al sur conocido como el “Calvario”; el tercer punto esta al poniente
es el cerro de “Tzaltzalwuitz” y por último se encuentra al norte del pueblo
ubicado en “Patate”. Hay otros lugares importantes, la “Cueva de San Francisco,
las cruces donde apareció el Padre
Eterno, en el Barrio de Pajulular, para nosotros son lugares sagrados muy
respetados”.
“Es muy
bonito estas cosas para pedir la gracia, la lluvia, el maicito, la calabacita,
el chayotito las verduritas y también para la salud, por un don de la personas
que van a recibir mesa o por algún niño se lleva a sentar (por
algún niño que traiga algún don se lleva a cerro como para registrarlo) ya que ancina se les pone sus florecitas”.
Poniendo atención a cada
palabra, como fondo musical el canto de un gallo, con voz cansada seguimos con
la conversación y es donde viene la parte interesante, los dos cerros el de “Tzaltzalwuitz” y el “Calvario” la gracia es por
alguna persona que se encuentra enferma,
por un don y la lluvia.
Hablemos del cerro de
“Tzaltzalwuitz” está ubicado al oriente del pueblo, entramos por San Caralampio
Monte Pálido, para poder ir a dejar la ofrenda se tiene que pedir permiso “consiste en dejar un par de velitas y Tzenan
en la piedra grande, donde está el Ocotal en el Cushubash se prende las velitas,
las florecitas, el modo de dejar las puntas es viendo rumbo a la salida del sol
se reza una oración y dice con tu permiso voy a subir al cerro, ancina que pedimos el permiso ya
subimos caminamos y caminamos el cerro está muy parado hay que ir haciendo
brecha algunos hombres llevan machete, a veces resbalamos por las piedras o el
monte y hay vamos pa’rriba hasta que al fin llegamos donde está la cruz del
cerro, limpiamos bien donde se va a encender el par de velitas y dejamos un par
de su tzenam. Luego la oración para pedir la gracia, hay un rezador y lo hace
en dialecto para hablar con la santa tierra, hincados eso duele la cania por la
tierrita pero nos aguantamos ya que se terminó el rezo ya nos sentamos y sirven
una copita de trago, a mí también me sirvieron, ya después comemos el lonche que mandan esto es importante que lo que
se lleva sea algo humilde ya que estamos pidiendo gracia, ya sea por el don de
una persona, por enfermedad, por la lluvia, cosechas, por las romerías, en fin…
La comida es huevitos duros, salsa verde, pepita molida, tortillita, frijol
molido, café, bendecimos los alimentos y a comer. No hay modo de plato desechable
que hoy en día hay, para la hora que nos servimos pues ya hace hambre y el sol
está avanzando, terminamos y ya de regreso a casa”.
Efectivamente así es como
Don Chalío lo describe el recorrido al cerro, el permiso que se hace, la
oración, la comida que por cierto se come muy sabroso, es una de las
experiencias que he disfrutado mucho y con todo lo que he escuche aprendí más,
por algo me gusta ir al cerro de “Tzaltzalwuitz” ya que es uno de los 4 puntos
importantes de nuestro pueblo, por la gracia de la lluvia.
Se pone de pie y comenta Don
Chalio que para dejar las ofrendas “primero
es el cerro de “Bash” y me señala el rumbo, segundo el de “Tzaltzalwuitz, luego el “Calvario” y
“Patate” para formar una cruz, si quieres puedes hacer un dibujo y veras que se
forma una cruz”.
El con tantos años de hacer
estos recorridos nos cuenta que desde soltero inicio y que a él también le
pusieron sus flores por la encomienda que tiene, Don Chalio es todo un
conocedor de nuestras costumbres y tradiciones, también es una de las personas
que ocupan para quemar cohetes.
Hace un par de años asistí a una conferencia del Dr. Fernando Limón,
escuche con atención el tema fue acerca de la romería de San Mateo, pero hizo
mención de la comunicación con la madre tierra del ritual que se hace. Cuando
termino la conferencia poco después me acerque a platicar con él acerca del
ritual y de la experiencia que había tenido cuando fui por primera vez al cerro
de “Tzaltzalwuitz”, el permiso para
poder entrar al cerro, las ofrendas y lo que se lleva para comer es algo
sencillo para compartir con las personas que acompañan.
En diciembre del 2018, fui
por cuarta ocasión al cerro de
“Tzaltzalwuitz”, con algo de pena tome un par de fotos, ya que fuimos por una
encomienda, sus flores silvestres, el
canto de las aves, la cruz es de madera se encuentra sobre una base de cemento,
alrededor mantiene piedras como en forma de montañita para poner las velitas y así
no se apaguen, indague como se escribe con mi tío el Ing. Humberto López, me
hizo la corrección: aquí escribo el comentario: “Son grandes vivencias de nuestras tradiciones y religiosidad Chusito y
déjame comentarte… “Según la pronunciación que traemos en la actualidad decimos
Salsauits, pero de una precisión que me hizo un hermano hablante de lengua
tzeltal el nombre del cerro donde entregamos la ofrenda es Tzaltzalwuitz que
significa “Cerro alineado” y observando un poquito en verdad este cerro
sagrado está alineado de oriente a poniente con otros 2 cerros con rumbo a la
zona arqueológica de Tenam”.
Es grandioso el cerro
sagrado de “Tzaltzalwuitz” tiene poder,
vivamos nuestras costumbres con fe y alegría.
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