El regreso que no llegó
PRESENTADA EN EL XXII ENCUENTRO ESTATAL DE CRONISTAS DEL ESTADO DE CHIAPAS
TERCER LUGAR EN LA CATEGORIA INFANTIL
SEDE: Escuintla, Chiapas, los días 04 y 05 de Junio del 2022.
Galilea Alfaro Olivera
8 años, segundo de primaria
La Trinitaria, Chiapas
Hoy es un buen momento para contarles como viví mi vida escolar en la pandemia, recuerdo cuando inicio en marzo del 2020, yo estaba en tercer grado de prescolar, era muy pequeña tenía 6 años, la maestra nos dijo que ya no llegaríamos al kínder, porque había un virus muy contagioso que te daba como gripa y que, si te ponías grave, hasta al hospital podía llegar en incluso hasta morir. Pasó el tiempo y lo que dijeron que serían cuatros semanas no se le veía fin, y cada vez tenía menos esperanza de ver a mis compañeros. Y así pasó, tristemente ya no volví a ver a mis compañeros ni a mi maestra, pues ese mismo año egresé de mi prescolar.
Las vacaciones de verano 2020 terminaron, y el virus llamado Covid-19 seguía pegando fuerte, entre a primer grado de primaria y otra vez no volví a ir a la escuela, decidieron los maestros que, mis clases serían virtuales, pues aún seguía el virus. Fue un momento raro, nunca había tenido clases en línea, no sabía usar Zoom, Google Meet ni mucho menos Teams, mi mamá y yo tuvimos que aprender a usarlos muy rápido, mis clases ya iban a empezar. Conocí a mis compañeros por medio de la computadora, igual que a mi maestra, me sentía triste por no ver a mis amiguitos en persona, yo quería jugar con ellos, platicar, hacer cosas que hacen los niños y claro conocer a mi maestra para poder abrazarla, pero por la pandemia todos teníamos que permanecer en casa para cuidarnos y desde ahí hacer mis actividades escolares.
Todo mi primer grado tuve clases a distancia y solo al final con mucha precaución, usando cubre bocas y careta pude ir a mi escuela por mis calificaciones, ahí fue donde vi de lejos a algunos compañeros y a mi maestra para saludarla con el puño, y con tristeza el abrazo que quería darle tuvo que esperar, pero por lo menos me puso feliz que pude conocerla.
Desde que inicio la pandemia nada ha sido igual, he cambiado muchos hábitos, el cubre bocas y el gel antibacterial se volvió parte de nuestra vida. El encierro me ponía de malas, me imaginaba a los pobres animalitos que los tenemos encerrados en jaulas o en una azotea prisioneros, así me sentía yo.
Pasaron dos años del inicio de la pandemia, ya en mi segundo grado de primaria las cosas han cambiado un poco pues tenemos clases, algunos días presenciales y otros virtuales, o como le llaman los adultos “hibrido”, he podido juntarme un poquito más con mis amiguitos, con todos los cuidados, por fin he podido sentirme libre, que alegría poder jugar, espero con el tiempo todo vuelva a la normalidad, nos podamos abrazar y jugar sin miedo a contagiarnos tal y como antes lo hacía.
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