Ir al panteón en este día es muy especial para pasarlo con los difuntos, traerlos de nuevo al corazón y a la mente, reviviendo lo que lo hizo gozar en lo terrenal: reír y llorar.
Ir al panteón es esmerarse en pintar y decorar las capillas con las flores de la temporada, veladoras, velas, coronas, cruces de ju´tus, ramas de pino, papel picado y la aromática juncia.
Ir al panteón es escuchar cantos, rezos, música y triques.
Ir al panteón es el encuentro de la familia, de las amistades y de los conocidos.
Ir al panteón significa platicar con los visitantes, y con las personas que ya no radican en nuestro pueblo, pero que en esta temporada se dan cita para visitar a sus difuntos, te da gusto coincidir y saludarlos.
Ir al panteón es pasear por los pasillos de las tumbas, sorprenderte de ver fotos de conocidos que no sabías que habían fallecido, suspirar por ellos ¡aaaaah!
Ir al panteón es además saborear los mejores platillos que se hacen para esta ocasión, que no los encuentras en ningún otro lado, ni en ninguna otra temporada.
Ir al panteón en estas fechas es la mejor y más linda tradición de La Trinitaria.
Por todo esto coincido con mi tío Gilberto Gómez López : "le pido a mi Padre Eterno con todo mi corazón que me entierren en su panteón".
Escrito de noviembre del 2017
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